¿Conoces a alguna científica venezolana y puedes describir, de forma breve, su o sus aportes a la ciencia en Venezuela?
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Programa Mujeres en Ciencia
ACADEMIA DE CIENCIAS FÍSICAS, MATEMÁTICAS Y NATURALES
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H. C. F. Mansilla es individuo de número de la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia y de la Academia Boliviana de la Lengua. También es el autor del libro El desencanto con el desarrollo actual: las ilusiones y las trampas de la modernización.
El concepto de ideología es uno de los más utilizados y más controvertidos de las ciencias sociales y de la filosofía política. En el marco de este breve texto no se puede dar cuenta de la riqueza de este debate ni de la pluralidad de posiciones en torno a la significación de ideología1. Tampoco es posible abordar la distinción entre una noción neutral de ideología, como la propuesta por Karl Mannheim2, y una noción crítica, postulada por varias tradiciones teóricas, muy diferentes entre sí, como las iniciadas por Francis Bacon y Karl Marx. Si todo pensamiento es considerado como ideológico, relativo y parcializado, es decir como vinculado inexorablemente a un contexto socio-histórico específico e inescapable, entonces la búsqueda de un mínimo de objetividad y verdad resulta vana y superflua. Esta corriente lleva a sostener que toda opinión es tan cierta y tan valiosa como cualquier otra. Esta posición representa uno de los fundamentos del pensamiento postmodernista contemporáneo, que a menudo se agota en su propia agitación estilística y retórica y en los espectáculos que logra armar con un éxito memorable. Lo que resulta de todo esto en la realidad cotidiana es una aceptación tácita de modelos autoritarios del orden social y una devaluación de los esfuerzos por aclarar radicalmente el horizonte político e intelectual.
Por razones de espacio y estructura aquí me limitaré a aplicar la llamada crítica de ideologías [Ideologiekritik] a una temática relativamente conocida, pero siempre actual: los mecanismos de legitimación que han usado notables intelectuales, generalmente colocados o pensados en el ámbito de la izquierda política, para justificar la existencia y las acciones de regímenes socialistas y de partidos afines en la consecución y la consolidación del poder3. La crítica de ideologías, en la tradición de Karl Marx, Friedrich Nietzsche y la Escuela de Frankfurt, analiza los obstáculos y los prejuicios que impiden conocer mejor una realidad social determinada. Una de las más brillantes investigaciones en este sentido ha sido la realizada por Hannah Arendt en su estudio de los mitos ideológicos construidos por regímenes totalitarios, que resultan ser sistemas de pensamiento auto-inmunizados contra toda posibilidad de crítica o hasta de mera experiencia contraria4. Las construcciones ideológicas tienen la importante función de reconciliar al individuo con el orden social predominante y con la identidad colectiva, para brindar al sistema imperante la necesaria ilusión de racionalidad y respetabilidad. Las ideologías, que representan una consciencia necesariamente falsa de la realidad correspondiente, pero con una cubierta propagandística socialmente indispensable, tienen el objetivo de construir una compensación aparente para amortiguar las injusticias experimentadas y para justificar el sufrimiento colectivo5. Estas funciones compensatorias pueden coexistir con una dimensión utópica, que proyecta la dimensión anhelada de felicidad y solidaridad hacia un futuro lejano, pero avizorado como cierto, lo que lleva a una cierta reconciliación con las carencias del presente.
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