DIVISIONISMO POLÍTICO: OTRA MIRADA
VOL. 7, NÚM. 1, PÁGS. 1–11

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Élite Colusoria, Público Dividido
Polarización Religioso-Política en Indonesia
Burhanuddin Muhtadi

Burhanuddin Muhtadi es miembro visitante en el Indonesia Studies Programme de ISEAS – Instituto Yusof Ishak y profesor en el Departamento de Ciencias Políticas de la Islamic State University (UIN) Syarif Hidayatullah.

Muchos estudiosos de la política indonesia señalan las elecciones presidenciales de 2014 y 2019 como el catalizador de la profundización de la antigua división ideológica entre pluralistas e islamistas. En ambas elecciones presidenciales, Joko Widodo (Jokowi) gozó de un amplio apoyo especialmente entre los votantes pluralistas, en particular los musulmanes sincréticos y tradicionalistas de Java y las minorías de votantes no musulmanes de otras islas. Mientras que los que viven en Java Occidental, Banten, Sumatra y Sulawesi, tradicionalmente bastiones de Masyumi, el más ardiente defensor de las causas islamistas en las primeras elecciones parlamentarias celebradas tras la independencia de Indonesia en 1955, tendieron a votar a Prabowo Subianto 1. Como resultado de esta polarización electoral que dividió a los votantes indonesios en función de clivajes religioso-políticos y geográficos, las campañas electorales basadas en programas tuvieron poco impacto en el 2019 perdido ante el cacofónico tema de campaña en torno a la consolidación de los sentimientos primordiales. El porcentaje de no musulmanes que votaron a Jokowi alcanzó incluso el 97%, un aumento significativo respecto a 20142. Del mismo modo, más partidarios de la organización islámica tradicionalista Nahdlatul Ulama (NU) votaron a Jokowi en 2019 que en 2014. Los miembros del grupo islámico modernista Muhammadiyah, en cambio, fueron la columna vertebral de la fuerza electoral de Prabowo.

Las elecciones perdieron una valiosa oportunidad de evaluar las campañas programáticas ofrecidas por los candidatos presidenciales debido a la extrema polarización. El modelo de elección racional, que basa la “recompensa y el castigo” en la satisfacción con la actuación del titular del cargo, no logró explicar el resultado de las elecciones. El Centro de Investigación Alvara descubrió que los indicadores económicos tuvieron poca influencia en el resultado de las elecciones presidenciales de 20193. Entre los tres indicadores analizados, no hubo una correlación positiva fuerte y significativa entre la cuota de votos de Jokowi por provincia y el índice de Gini, el índice de desarrollo humano o el porcentaje de la población que vive en la pobreza. Como resultado, independientemente de si el presidente en funciones tiene éxito o no en la reducción de la desigualdad económica, los votantes finalmente no tuvieron en cuenta estos fundamentos en su decisión de voto en las elecciones presidenciales de 2019. Del mismo modo, ni el Índice de Desarrollo Humano ni el porcentaje de pobreza en una determinada provincia pudieron predecir el apoyo a ninguno de los dos candidatos que se enfrentaban en 2019.

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